dilluns, 3 d’octubre del 2011

LA HISTORIA DE UN JARDÍN

Fin del trayecto. Con los ojitos llenos de lágrimas y el corazón en un puño, hoy regreso a aquel lugar en donde duelen las heridas. Al lugar que no me espera, que ni siquiera me recuerda. Al lugar tan mío y tan extraño para mí.
La mochila que llevo a cuestas es la misma que la del día en que partí, pero ya no tiene nada que ver. Esta mochila va llena de recuerdos, de momentos, de conocimientos, de sensaciones y sentimientos. Ya no importa todo aquello que creí necesitar para poder emprender este viaje. No importa toda esa ropa, la máquina de depilar, el botiquín imposible.. Todo eso sobra… Me dejé engañar por las tonterías terrenales y hoy vuelvo a casa con el espíritu grande, la imaginación clara y ganas de vida y amor en mi corazón.
Pinté paisajes con la mente, oí el murmullo de las hojas a mi paso, bailé en montañas, nadé en ríos, vi el fulgor de las estrellas en mil cielos diferentes, soñé, sentí, dormí con las historias que rodean los bosques, me emocioné con las maravillas de la naturaleza, compartí, reí a carcajadas y hasta creer morir (¡cuánto me llegue a reír!), pasé dulces veladas a la orilla del fuego, añoré, recordé a cada pasó los fragmentos de mi ayer, escuché la música, probé los más dulces manjares, encontré el rastro de los antiguos, las mejores historias, el brillo en la oscuridad de ojos tan extraños y a su vez ya tan conocidos para mí, viví… creo que simplemente viví…
Llevo en mi corazón miles de huellas que dejaron todas aquellas personas que me acompañaron en mí transitar. No podría enumerarlas a todas porque son demasiadas y porque no querría olvidarme de ninguna. Pero ellos saben quiénes son. Saben todo lo que me dieron y que llevo un trocito de cada uno de ellos muy dentro de mi ser. Quiero agradecerles a todos su amistad, las risas, las noches eternas, los días de luz sin sol, las charlas, todo aquello que me enseñaron.. Y digo gracias mientras me tapo los oídos (aunque solo Elena y Kike pueden entender porque me los tapo mientras grito y sonrío a su vez..).
Hoy vuelvo a casa, porque siempre se acaba volviendo al calor del hogar y de la gente a la que uno ama y a la que tanto añoró en el camino. Mañana toca empezar a construir una nueva vida. Pero sin duda es mucho más fácil cuando sabes que hay alguien que te ha estado esperando. Que estas rodeado de paletas, arquitectos, decoradores de interiores, pintores, músicos, magos, payasos, .. dispuestos a reconstruir, dando sentido, forma, luz, color, poniendo música y llenando de magia, una vida que vuelve a arrancar de 0.
Y puesto que al final fue en Argentina donde se quedó el trocito más grande de mi corazón, quiero acabar este escrito con el tango más bonito que alguien muy especial, una vez, me canto al oído…
VOLVER
Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos,
van marcando mi retorno.
Son las mismas que alumbraron,
con sus pálidos reflejos,
hondas horas de dolor.
Y aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor.
La quieta calle donde el eco dijo:
"Tuya es su vida, tuyo es su querer",
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia hoy me ven volver.
Volver,
con la frente marchita,
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir, que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir,
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo,
que lloro otra vez.
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
que, pobladas de recuerdos,
encadenen mi soñar.
Pero el viajero que huye,
tarde o temprano detiene su andar.
Y aunque el olvido que todo destruye,
haya matado mi vieja ilusión,
guarda escondida una esperanza humilde,
que es toda la fortuna de mi corazón.
                                       http://www.youtube.com/watch?v=I5JQ1m3mxKw
Este viaje lo empecé por él. Huyendo de una vida que no parecía ya tener ningún sentido, buscando el camino y las respuestas. Y las encontré. Me fui vacía y regreso sintiéndome llena, solo después de haber comprendido que él, de alguna forma, sigue aquí conmigo. Con la certeza de que me acompañó todo el camino cuidándome y que va a estar a mi lado el resto de mis días. Este viaje está lleno de Javi, de su esencia y su alegría.
Y fue entonces, al entenderlo todo, cuando llegó para mí el momento de una última mirada, de una última despedida antes de dar media vuelta y partir.
“Así sean muchos, muchísimos los lazos que creas, así te llenes de tantísimas cosas que crees ser, por más caliente y cómoda que sea tu casa, en el fondo uno resulta siendo tan solo un viajero, sin otra ni más grande posesión que el presente, los recuerdos de un pasado que guardas en la mochila, y las ilusiones de un futuro en los ojos.”
Otro principio, otro final.